Bellota puede que sea ciego y naciese enfermo, pero gracias a los cuidados que le damos cada día se siente más fuerte, más enérgico, y con más ganas de jugar.
Mirad este vídeo hasta el final porque seguro que os encanta ver cómo pasa de forma eléctrica de jugar en la camita a saltar y tumbarse y luego a tomarse su lechita.
Bellota perdió a su madre y hermanos quizás la primera vez que su madre les tuvo que mover porque sintió un amenaza. Y al ser ciego no les pudo seguir. Bellota merece ser feliz y vamos a hacer lo necesario para que lo consiga.