Orejas ayer tuvo revisión veterinaria para valorar que se ha recuperado completamente y, de paso, revisar algunas costritas que finalmente no eran nada.
Orejas es un bebé de conejo salvaje que apareció en el santuario mientras se lo querían comer unas urracas al estar muy débil y tener una herida terrible con el hueso expuesto en una pierna. Estaba completamente deshidratado y extremadamente débil.
Los bebés de animales salvajes mueren la mayoría al poco de nacer por muchísimos motivos. Y como los gatitos, cuando nadie les ayuda su vida es muy breve y de muchísimo sufrimiento. Orejas tuvo muchísima suerte de que pudiéramos ayudarle. Seguramente era una de sus primeras salidas al exterior.