No solo Algarrobo disfrutó ayer de las galletas, también sus mejores amigos Fresno y Avellano.
Sabemos que los amáis mucho, y nosotras nos morimos de amor con ellos.
Hemos sufrido mucho por Avellano porque llego muy maltratado y unas cuantas veces pensábamos que moría debido a sus recaídas de piroplasmosis. La última, este verano.
Fresno es muy mayor también y aunque sólo quiere papillas porque todos sus dientes se mueven no puede resistirse a unas galletas de vainilla y coco, especial para caballos, claro.
Nos encanta verles tan felices y hermanados. Son inseparables.